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Recomendaciones para pasar el confinamiento en casa con un familiar con Alzheimer

16 marzo, 2020

Ante la declaración del estado de alarma en España por la pandemia COVID-19, generada por el coronavirus, en los próximos días ofreceremos un conjunto de recomendaciones dirigidas a las personas que tienen algún familiar con la enfermedad de Alzheimer.

Esta información la está elaborando el equipo del Área Social y Divulgación de la Fundación Pasqual Maragall desde sus propios domicilios, ya que hemos implementado el teletrabajo y hemos parado las visitas con los participantes de nuestros estudios hasta que se normalice la situación.

 

Entender y aceptar la situación

Ante todo, es aconsejable explicar a la persona afectada, y en la medida que sea posible, por qué no podemos salir a la calle en los próximos días. Es importante trasladar esta información, tantas veces como sea necesario.

Para contener la propagación y evitar el colapso del sistema sanitario, las autoridades han impuesto medidas de distanciamiento social, protección de los colectivos más vulnerables y el confinamiento domiciliario. Estas indicaciones deben cumplirse, no solo por imperativo legal, sino también por responsabilidad social y, particularmente en el caso de personas vulnerables, como las personas con Alzheimer, por autoprotección.

En este sentido, es fundamental informarse a través a las fuentes de información oficial que aparecen en los medios de comunicación de referencia, o a las informaciones provenientes de organismos oficiales o instituciones reconocidas, como la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad de España.

 

¿Cómo sobrellevar el día a día sin salir de casa con una persona con Alzheimer?

El día a día de una persona con Alzheimer siempre resulta más llevadero siguiendo unas directrices de simplificación, así como unos horarios y rutinas. El confinamiento en casa conlleva no poder seguir con algunas de las rutinas habituales, como asistir al centro de día, salir a pasear, o visitar a amigos o familiares.

Ahora precisamos generar rutinas nuevas, porque el orden del día a día y un cierto mantenimiento de horarios proveerán a la persona enferma de un marco de referencia, y minimizará posibles alteraciones conductuales y del sueño. Los consejos que pautamos a continuación, servirán también de guía a los cuidadores para minimizar el riesgo de verse desbordados. En cualquier caso, las siguientes recomendaciones deben adaptarse a la situación de cada familia.

 

Por la mañana:

  • Levantarse cada día a la misma hora.
  • Higiene matutina: ir al wc, lavarse las manos y la cara.
  • Desayuno
  • Higiene: manos y bucodental.
  • Actividad cognitiva: siempre adaptada a la capacidad de la persona, desde realizar ejercicios o actividades específicas de que dispongamos, a participar en un juego de mesa o realizar actividades de apoyo en las tareas domésticas: tender, doblar ropa, limpiar verduras, barrer…
  • Actividad física: realizar algunos ejercicios suaves de estiramiento o de coordinación.
  • Pequeño tentempié.
  • Salir un rato al balcón, terraza o, simplemente, asomarse a la ventana para que nos dé un poco el sol y el aire. Se puede aprovechar para hacer juegos estimulantes: denominar lo que se ve, contar farolas, árboles, indicar cosas de un color específico…
  • Preparar la comida y colaborar en tareas domésticas, como poner la mesa.
  • Comida

Por la tarde:

  • Breve siesta (preferentemente no más de 30 minutos) o rato de descanso: televisión, radio, escuchar música tranquila.
  • En la medida de lo posible de cada casa, volver a tomar algo de aire y sol.
  • Un rato de actividad: se pueden retomar tareas de estimulación cognitiva o física. Emplear la música como una forma de estimulación y de promoción de emociones positivas.
  • Si se tienen plantas, atender su cuidado: regar, quitar hojas secas…
  • Higiene: baño o ducha.
  • Actividad física muy suave: estiramientos, por ejemplo. Algo que no active demasiado para favorecer el sueño posterior.
  • Preparar la cena y poner la mesa. Cenar al menos dos horas antes de acostarse para asegurar que el proceso digestivo no dificulte el sueño.

Por la noche:

  • Después de cenar, actividad relajada: ver una serie o algún contenido tranquilo de televisión, escuchar música calmada, ver fotografías…
  • Asegurar que se ha realizado la higiene bucodental y los preparativos habituales para acostarse.
  • Recordar la importancia de mantener una regularidad en la hora de acostarse.

 

Para más información, consulta el artículo que hemos publicado en nuestro blog ‘Hablemos del Alzheimer’.


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