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¿Qué pasa con la vacuna contra el Alzheimer?

9 octubre, 2015

A menudo aparecen en la prensa noticias que nos informan de un descubrimiento que nos acerca a la tan deseada vacuna para curar el Alzheimer, pero ¿qué hay de cierto en estas informaciones?

En general, solo entre el 2 y el 5% de los ensayos clínicos con resultados prometedores en animales pasan a ser evaluados en humanos. Esto es debido a la gran dificultad para extrapolar a los humanos los resultados obtenidos en animales, más aún en el caso de una enfermedad tan compleja, progresiva y de larga duración como el Alzheimer. Después, tan solo entre el 11 y el 20% de los fármacos que se evalúan en humanos, en fase 2 y 3, acaban siendo comercializados. La razón es que no siempre se consigue la eficacia esperada cuando el nuevo medicamento se prueba en situaciones casi reales.

Durante los últimos 15 años se han desarrollado decenas de medicamentos dirigidos a disminuir la acumulación de proteína amiloide en el cerebro y la desestructuración neuronal que provoca el Alzheimer. La inmensa mayoría han fracasado, ya que, a pesar de que han sido efectivos en la «limpieza» del cerebro, no han mejorado el estado cognitivo de los pacientes, es decir, no han frenado ni curado los síntomas de la enfermedad.

El desarrollo de fármacos contra el Alzheimer es largo, caro y, desgraciadamente hasta ahora, presenta un nivel de fracaso muy elevado. En general, se requieren unos 10 años desde que un fármaco muestra resultados positivos hasta que puede administrarse a pacientes. A menudo, por tanto, resulta prematuro anunciar resultados positivos basándose exclusivamente en resultados obtenidos en animales.

Por responsabilidad y respeto hacia los enfermos y sus familias, en la Fundación recomendamos prudencia ante las noticias que adelantan resultados en el desarrollo de nuevos fármacos contra el Alzheimer. No obstante, la difusión de este tipo de informaciones resulta un hecho esperanzador ya que es indicativo de los esfuerzos que se están haciendo en todo el mundo para intentar tratar y curar esta enfermedad.

¿Cómo se desarrolla un nuevo fármaco?

El desarrollo de un nuevo fármaco es un proceso largo que exige superar varias fases. La primera es la fase preclínica, donde se estudia la seguridad del fármaco y su toxicidad con animales. En la fase clínica se prueba en humanos siguiendo diferentes etapas. Los ensayos clínicos en fase 1 prueban el fármaco en voluntarios sanos para analizar su seguridad; durante la fase 2 se prueba su eficacia en un reducido número de pacientes, y, por último, en la fase 3, la más larga y costosa, se comprueba su seguridad y eficacia en un gran número de pacientes. Los resultados que se obtienen son presentados a las agencias reguladoras de medicamentos. Si todo es correcto, se obtiene la aprobación para su comercialización.

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Si te ha gustado este artículo, puedes consultar más contenidos en el primer número de la revista anual de la Fundación Pasqual Maragall.


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