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La Fundación y la Obra Social ”la Caixa” reúnen a más de 1.500 voluntarios y colaboradores

1 abril, 2016

Uno de los grandes interrogantes en la investigación sobre el alzhéimer es cuándo se encontrará un tratamiento que permita curar, frenar o retrasar los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa. Este ha sido uno de los principales temas tratados en el segundo encuentro de voluntarios del Estudio Alfa (Alzhéimer y Familias), organizado por la Fundación Pasqual Maragall y la Obra Social ”la Caixa”, y que ha reunido a más de 1.500 asistentes. Esta reunión anual quiere hacer partícipes a los voluntarios y colaboradores de las últimas novedades de la Fundación y de la investigación sobre el alzhéimer.

El acto, que se ha celebrado en el auditorio del Fórum, ha sido presentado por el periodista Carles Capdevila, que ha puesto de manifiesto el valor y la generosidad del voluntariado científico para seguir trabajando en la búsqueda de soluciones para esta enfermedad, que actualmente afecta a unas 800.000 familias en toda España. También han participado en el acto Antoni Comín, Conseller de Salut de la Generalitat de Catalunya, el Dr. Jordi Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall, y Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria ”la Caixa”. Cristina Maragall, portavoz de la Fundación y voluntaria del Estudio Alfa, ha querido reconocer la figura de los cuidadores, la mayoría de los cuales son familiares no profesionales. Por otro lado, el Dr. José Luis Molinuevo, director científico de la Fundación, ha analizado el tema central del encuentro: la vacuna del alzhéimer que nunca llega.

 

¿Por qué es tan complicado hallar el fármaco?

La búsqueda de una vacuna contra la enfermedad de Alzheimer es un tema que suscita gran interés social y científico, afectando de forma muy directa a los enfermos y sus familiares. «En los últimos quince años, se han desarrollado decenas de medicamentos dirigidos a disminuir la acumulación de proteína amiloide en el cerebro y la destrucción neuronal que provoca el alzhéimer, pero ninguno de ellos ha sido satisfactorio, ya que, pese a su efectividad en la “limpieza” del cerebro, no han mejorado el estado cognitivo de los pacientes; es decir, no han frenado ni curado los síntomas de la enfermedad», señala el Dr. José Luis Molinuevo.

El desarrollo de un medicamento nuevo constituye un proceso largo que exige superar varias fases. En general, solo entre el 2 y el 5 % de los ensayos clínicos con resultados prometedores en animales pasan a ser evaluados en humanos, dada la gran dificultad de extrapolación de los resultados. Además, en el caso del alzhéimer es aún más complicado por la complejidad y duración de la enfermedad.

El foco de la búsqueda de nuevos tratamientos se ha puesto tradicionalmente en personas enfermas, es decir, con síntomas clínicos manifiestos. No obstante, en la actualidad sabemos que la enfermedad se inicia de forma silenciosa entre quince y veinte años antes de la aparición de los primeros síntomas. Esta nueva información ha supuesto que, en los últimos años, se haya replanteado el punto de vista desde el que se estaba abordando la investigación de esta patología. Así, cada vez son más los investigadores, centros de investigación y organismos científicos que están orientando sus esfuerzos a la detección precoz y a la prevención, como en el caso del Estudio Alfa.

Todo apunta a que los ensayos clínicos de nuevos medicamentos irán trasladándose a fases más iniciales de la enfermedad, incluso antes de sus primeras manifestaciones. Porque no se descarta que medicamentos ineficaces en enfermos ya diagnosticados puedan ser efectivos si se administran años antes de la aparición de la enfermedad.

 

El Estudio Alfa y el proyecto europeo EPAD

Con el impulso de la Obra Social ”la Caixa”, la Fundación Pasqual Maragall puso en marcha en el año 2012 el Estudio Alfa para la prevención del alzhéimer. Actualmente, es uno de los más complejos y con mayor número de voluntarios que existen en el mundo dedicados a la detección y prevención del alzhéimer. Participan en el estudio 2.743 voluntarios adultos sanos, de entre 45 y 75 años, hijos e hijas de personas afectadas de alzhéimer, a los que se efectúan un conjunto de pruebas (cognición, genética, neuroimagen, etc.) cada tres años y durante algunas décadas.

Siguiendo esta línea de investigación, en el marco del proyecto europeo EPAD (European Prevention of Alzheimer’s Dementia), la Fundación tiene previsto iniciar este año los primeros ensayos clínicos de prevención con voluntarios sanos. Participan en la iniciativa EPAD 35 centros de investigación, universidades, asociaciones de enfermos y laboratorios europeos, con el objetivo de obtener un fármaco que actúe en los estadios iniciales de la enfermedad, evitando o retrasando la aparición de los síntomas.

 

Podéis ver la galería de imágenes del encuentro aquí.


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