La Fundación Pasqual Maragall ha superado la cifra de los 50.000 socios y socias. Un hito en nuestra historia ya que, desde que pusimos en marcha nuestra base social en 2014, esta no ha dejado de crecer exponencialmente hasta convertirse en una pieza imprescindible de la organización.
Teniendo en cuenta que la Fundación no recibe subvenciones estructurales del sector público, las aportaciones regulares de estos más de 50.000 socios y socias son las que hacen posibles los diferentes proyectos que tenemos en marcha. Por un lado, los estudios de investigación del Alzheimer, centrados especialmente en su detección precoz; por el otro, los programas de apoyo a las familias que conviven directamente con la enfermedad y, también, para toda la actividad de divulgación científica y concienciación que impulsa la Fundación.
En este sentido Cristina Maragall, presidenta de la Fundación Pasqual Maragall, asegura que “nos cansaremos de agradecer el apoyo de todas las personas que nos acompañan día tras día. Sin su apoyo y su energía, la Fundación no sería posible. Gracias a ellas podemos seguir desarrollando estudios de investigación pioneros con la finalidad de acabar venciendo una enfermedad que a todos y todas nos toca de cerca’’.
Las aportaciones del volumen de socios y socias han hecho posible que la Fundación Pasqual Maragall sea hoy entidad de referencia en materia de Alzheimer, especialmente centrada en su prevención, labor que desarrolla su centro de investigación, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC).
A lo largo de los casi 14 años, se han conseguido grandes avances en materia de investigación y conocimiento, como que uno de cada tres casos de Alzheimer podría evitarse con la adopción de hábitos de vida saludables, la identificación de nuevos biomarcadores clave para el diagnóstico precoz de la enfermedad, o la relación entre factores como la contaminación o el insomnio con el Alzheimer.
De cara a las familias que conviven de cerca con el Alzheimer, el Área Social de la Fundación ha constatado la eficacia de sus grupos terapéuticos; sesiones grupales dirigidas a cuidadores de personas con Alzheimer, que ayudan a estas personas a romper su aislamiento social, afrontar con más herramientas y recursos los tratamientos diarios, y mejorar sustancialmente su bienestar físico y emocional.