La Dra. Nina Gramunt, neuropsicóloga y directora técnica del Área Social de la Fundación Pasqual Maragall, ha participado en el espacio de conferencias CaixaBank Talks para dar respuesta a las principales cuestiones en torno a la enfermedad del Alzheimer y su prevención. La sesión ¿Se puede prevenir el Alzheimer? se ha articulado a partir de las preguntas de la audiencia, que ha contado con aproximadamente 2.300 participantes, entre presenciales y virtuales.
“El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que no solo impacta en la salud de la persona que la padece, sino que también afecta a su esencia”. Así ha iniciado Nina Gramunt su intervención, en la cual ha manifestado que el Alzheimer configura una de las enfermedades más temidas, ya que no contempla el riesgo cero.
Muchas de las preguntas formuladas han estado relacionadas con los síntomas del Alzheimer y su modo de manifestarse. Por ello, Gramunt ha explicado que la sintomatología de la enfermedad puede dividirse en tres bloques: cognitivo, conductual y funcional. El primero se corresponde con un deterioro de la memoria reciente, que conlleva dificultades para registrar nuevas informaciones, así como dificultades para planificar o concentrarse. El segundo atiende a alteraciones del estado de ánimo o apatía para realizar tareas o actividades. Finalmente, el bloque funcional responde a dificultades para llevar a cabo sus funciones diarias, pasando a ser una persona totalmente dependiente.
Nina Gramunt ha querido remarcar, no obstante, que es importante no confundir esta sintomatología con el envejecimiento cognitivo, el cual conlleva menor agilidad mental. Así pues, también ha hecho hincapié en intentar no atribuir estos indicios a hechos puntuales como otras enfermedades, periodos de depresión o ansiedad.
En relación a la prevención del Alzheimer, Gramunt ha afirmado que se trata de un tema muy complejo, que debe comprenderse desde tres niveles. En primer lugar, la prevención primaria, que incluye todas aquellas actividades que podemos hacer a lo largo de nuestra vida para cuidar el cerebro como dormir bien, tener una alimentación saludable, hacer ejercicio físico. En segundo lugar, la prevención secundaria, que debe hacerse cuando la enfermedad se encuentra en su fase preclínica (el cerebro ya está enfermo, pero aún no presenta síntomas) para retrasar al máximo los síntomas. Finalmente, la prevención terciaria que implica todas aquellas actividades que hacen los cuidadores para garantizar el máximo bienestar posible del afectado cuando los síntomas ya se han desarrollado.
En este sentido, Gramunt ha destacado los beneficios de mantener el cerebro activo a partir de actividades variadas que nos motiven, como formarse académicamente, leer o ir al cine. “Cualquier actividad que active nuestros conocimientos será muy beneficiosa para nuestro cerebro y ayudará a la prevención de demencias”, ha explicado Gramunt.
Por otro lado, también se ha tratado la importancia de la detección temprana del Alzheimer, tanto para el afectado como para la investigación. Según Nina Gramunt, “cuanto antes se pueda hacer el diagnóstico de la enfermedad, más oportunidades de investigación se abren para probar nuevos fármacos”. Además, conocer el origen de los síntomas que padece también ayudará a la persona que la padece a planificar, decidir y expresar sus voluntades a la familia antes de perder sus capacidades cognitivas.
Por último, Nina Gramunt también ha querido reivindicar el papel de las familias cuidadoras y de su salud mental. Para Gramunt, el cuidador deviene una figura fundamental, dado que de esta dependerá el bienestar de la persona cuidada. “Por un afectado de Alzheimer, hay al menos dos víctimas: el que la padece y la persona que le ayuda, ya que a esta le cae una gran responsabilidad. Es por eso que también necesitará atención específica”, ha concluido.
Podéis ver la charla completa en este enlace.