La Fundación
Trabajamos para vencer esta enfermedad y conseguir un futuro en el que el envejecimiento esté asociado a experiencias positivas.
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Quiero ayudar a derrotar esta enfermedad
Hablamos del Alzheimer y su impacto en las personas afectadas y sus familias.
Creemos que solo a través de la investigación conseguiremos un futuro sin Alzheimer.
Ayudamos a las familias afectadas y a las personas cuidadoras con nuestros programas de apoyo.
Trabajamos para cambiar la consideración social de la enfermedad a través de la divulgación y la incidencia pública.
Situamos el Alzheimer en la agenda política.
Trabajamos para vencer esta enfermedad y conseguir un futuro en el que el envejecimiento esté asociado a experiencias positivas.
Hablamos del Alzheimer y su impacto en las personas afectadas y sus familias.
Creemos que solo a través de la investigación conseguiremos un futuro sin Alzheimer.
Ayudamos a las familias afectadas y a las personas cuidadoras con nuestros programas de apoyo.
Trabajamos para cambiar la consideración social de la enfermedad a través de la divulgación y la incidencia pública.
En la Fundación Pasqual Maragall investigamos para poder determinar qué desencadena el Alzheimer y ayudar a su prevención, pero a día de hoy aún existen muchas dudas en torno a esta enfermedad. Aquí puedes encontrar algunas preguntas para las que sí tenemos respuesta.
El Alzheimer es una enfermedad cerebral, no contagiosa, progresiva e irreversible, que altera de forma gradual la memoria y otras funciones cognitivas, afectando a la habilidad para aprender, razonar, hacer juicios, comunicarse y llevar a cabo actividades cotidianas. Además, es frecuente que aparezcan cambios en la conducta y en el comportamiento. Todo ello es consecuencia de la progresiva pérdida de neuronas y de las conexiones entre ellas.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por síntomas que tienen una afectación directa sobre las actividades de la vida cotidiana. Los principales síntomas del Alzheimer son cognitivos, psicológicos y conductuales, como, por ejemplo, los siguientes:
No existe ningún fármaco ni tratamiento capaz de curar esta enfermedad. Los tratamientos que se prescriben, hasta la fecha y en nuestro contexto, pueden aliviar los síntomas, pero no ejercen ninguna influencia en los cambios cerebrales debidos al Alzheimer.
La buena noticia es que estamos ante un cambio de paradigma en la comprensión y el abordaje de esta enfermedad. Recientemente ha sido aprobada por primera vez en Estados Unidos la comercialización de un nuevo fármaco, llamado lecanemab, capaz de ralentizar el deterioro cognitivo en personas con Alzheimer.
Aunque existen algunas controversias sobre su eficacia y todavía no está disponible en Europa, se trata de un paso muy importante en el tratamiento del Alzheimer. Otro nuevo fármaco de características similares, llamado donanemab, está también en vías de posible aprobación en Estados Unidos.
Disponer de un diagnóstico de Alzheimer permite a la persona afectada hacer planes de futuro y tomar sus propias decisiones antes de que el avance de la enfermedad se lo impida. Un diagnóstico preciso y preferentemente temprano es clave para la salud y la planificación de los cuidados de la persona diagnosticada.
Tener problemas de memoria no es necesariamente indicativo de padecer Alzheimer u otra enfermedad neurodegenerativa. Una visita médica especializada (normalmente de neurología) permitirá excluir la posibilidad de que los síntomas tengan una causa distinta y potencialmente tratable.
Si se confirma el diagnóstico de Alzheimer, se podrá acceder a tratamientos y recursos que permitan abordar de la forma más adecuada los síntomas y transitar por el curso de la enfermedad atendiendo al bienestar y la calidad de vida de las personas afectadas y de quienes cuidan de ellas.
Hoy en día todavía desconocemos cuáles son las causas que originan la enfermedad de Alzheimer. Cada vez son más las evidencias que apoyan la idea de que no hay una única causa, sino que son varios los factores que, en mayor o menor medida, pueden incidir en su posible desarrollo. Es lo que conocemos como factores de riesgo del Alzheimer. Unos son modificables y otros no.
Se estima que uno de cada tres casos de Alzheimer podría prevenirse incidiendo en los factores de riesgo que sí podemos modificar.
El principal factor no modificable es la edad, aunque el desarrollo del Alzheimer no es una consecuencia inevitable de envejecer. Otro factor es el genético, debiéndose entender que algunos genes incrementan el riesgo de padecer Alzheimer, sin ser ello determinante en la gran mayoría de los casos.
Los factores modificables son aquellos que atañen al control de la salud cardiovascular y al fomento de hábitos de vida saludables, entre los que destacan la actividad cognitiva y social, una adecuada nutrición, la actividad física y procurar una buena calidad del sueño.
El Alzheimer afecta en mayor medida a las mujeres, en parte por una cuestión de mayor longevidad. También parecen existir otros factores vinculados al sexo femenino, como cuestiones hormonales. Aún no se conocen exactamente los mecanismos y es una vía actual de investigación muy activa.
Sí, la enfermedad afecta a cada persona de forma distinta. Son muchos los factores que influyen en que la velocidad de progresión de la enfermedad o la predominancia de unos u otros síntomas sean distintas en cada caso.
A pesar de las mencionadas diferencias entre personas, existe un patrón clínico que permite disponer de una descripción de la evolución típica, a partir de la cual se definen las diferentes fases de la enfermedad de Alzheimer.
Además, en una misma persona pueden confluir otros problemas de salud que, añadidos al Alzheimer, hagan más complejas sus necesidades de cuidado. Los profesionales de la salud y de atención sociosanitaria son los indicados para orientar acerca de los recursos para controlar cada situación particular.
Solo en un 1 % de los casos o menos el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es atribuible a una causa genética, es decir, es hereditario.
Ser hijo o hija de alguien que padezca o haya padecido Alzheimer no implica que se vaya a desarrollar la enfermedad. Hay algunos genes que incrementan el riesgo, pero sin llegar a ser determinantes.
Un diagnóstico precoz cuando la persona aún tiene capacidad suficiente para tomar decisiones respecto a su propio futuro le permite recurrir a las herramientas de protección jurídica pertinentes (por ejemplo, testamento vital o voluntades anticipadas) y expresar su deseo respecto a esta y otras cuestiones vinculadas a su atención y cuidado cuando el avance de la enfermedad se lo impida.
No hay una fórmula mejor que otra, sino que dependerá de las circunstancias personales y familiares en cada caso. Además de los centros residenciales, existen otros recursos sociales que pueden facilitar la provisión de cuidados que favorezcan el mayor bienestar posible para las personas con Alzheimer y las cuidadoras: centros de día, servicios de ayuda domiciliaria u otros.
Tomar la decisión de ingresar a un ser querido en un centro residencial suele ser difícil y doloroso. No obstante, si las circunstancias hacen que esta opción sea la que mejor puede garantizar el bienestar de la persona diagnosticada de Alzheimer o el cumplimiento de su voluntad, estará bien tomada. Una adecuada prospección y evaluación de los centros posibles será de gran ayuda para optar por la mejor opción.
Se trata de dos conceptos distintos, aunque estrechamente relacionados, porque el Alzheimer es la principal causa de demencia.
El Alzheimer es una enfermedad cerebral producida por cambios patológicos que van alterando el funcionamiento de las neuronas y durante muchos años no da síntomas. Pero inevitablemente se manifiesta y empiezan a aparecer indicios de deterioro cognitivo, que terminarán en una demencia.
La demencia es un conjunto de signos y síntomas producidos por una alteración cerebral que provoca la pérdida de capacidades cognitivas de la persona afectada, así como alteraciones del estado de ánimo y de la conducta, lo que conlleva una pérdida de autonomía de la persona afectada.
En este post te dejamos todos los detalles.