Según los principales resultados del estudio ‘Pre-pandemic Alzheimer disease biomarkers and anxious-depressive symptoms during the COVID-19 confinement in cognitively unimpaired adults’, publicado en Neurology®, los marcadores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer como la proteína beta amiloide o la neuroinflamación están relacionados con el aumento de síntomas de ansiedad y depresión durante el confinamiento por la Covid-19.
La investigación ha estudiado, mediante modelos de regresión de análisis multivariante, la asociación entre los biomarcadores relacionados con el Alzheimer y los factores sociodemográficos, así como los resultados del cuestionario de la escala de ansiedad y depresión hospitalaria HADS (Hospital Anxiety and Depression Scale) durante el confinamiento y antes. El trabajo ha analizado el impacto negativo del confinamiento de la Covid-19 en la salud mental de personas cognitivamente sanas y se ha llevado a cabo con 921 participantes del Estudio ALFA, impulsado por la Fundación ”la Caixa”. Del total de participantes, se han examinado resultados con biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer de 254 personas.
La cohorte participante en el estudio, enriquecida por factores de riesgo, ha permitido sentar las bases de una posible asociación entre la pandemia y el Alzheimer. Esta asociación es importante porque puede acarrear un peor pronóstico clínico en personas con riesgo de Alzheimer después de la pandemia. En una evaluación anterior, la mayoría de participantes del estudio tenía niveles estándar de ansiedad y depresión y, en cambio, durante el confinamiento el 16,6% de los participantes sufrieron un incremento de ansiedad, mientras que un 9,9 % declararon síntomas depresivos. Durante la etapa preclínica del Alzheimer, existe un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión que puede acelerar la progresión de la enfermedad. “En este contexto, era relevante investigar la posible asociación entre la sintomatología de ansiedad y depresión durante el confinamiento derivado de la Covid-19 y los biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer”, explica Müge Akinci, investigadora del BBRC y autora principal del estudio.
La investigación también ha contado con la colaboración de la Universidad de Gotheburg, el Centro para Enfermedades Neurodegenerativas de Hong Kong, la Universidad Pompeu Fabra, el Hospital del Mar Medical Research Institute y el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES), entre otros.
El género, un factor de riesgo
La investigación también ha explorado el papel del estrés y los cambios de estilo de vida (sueño, comida, bebida, hábitos de fumar y uso de medicamentos) durante este período, además de factores sociodemográficos como las diferencias de sexo/género y la salud mental de las personas cuidadoras. Se han observado diferencias entre hombres y mujeres relativas a las horas de sueño durante el confinamiento y el consumo de alimentos, así como diferencias entre cuidadoras y no cuidadoras.
La ansiedad y la depresión suponen un riesgo incrementado de desarrollar deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer, siendo la prevalencia constatada en este estudio mayor entre las mujeres. En la escala HADS, las mujeres han obtenido mayor puntuación que los hombres para síntomas tanto de ansiedad como de depresión. “En general, los resultados apoyan el enlace entre la sintomatología neuropsiquiatría y la carga de beta amiloide en el cerebro en la etapa preclínica del Alzheimer, especialmente en el caso de las mujeres”, declara la Dra. Eider Arenaza-Urquijo, investigadora del estudio y responsable de equipo en el BBRC. “Se muestran cambios modestos pero significativos y, por tanto, es apropiado que se tengan en cuenta en el ámbito clínico”, concluye.
Los hallazgos de este estudio abren la puerta a investigaciones futuras sobre las consecuencias de la pandemia en la salud mental y en el pronóstico clínico de las personas que se encuentran en la etapa preclínica de esta enfermedad.